En el jardín del Edén.

Dejamos la ciudad de Osh para dirigirnos hacia el Oeste del valle de Fergana, a Arslanbob.

El transporte público en este país se basa en minifurgonetas y taxis compartidos, así que para llegar a nuestro destino hemos tenido que coger tres taxis diferentes con el regateo oportuno. Así y todo, no nos hemos librado de un pequeño timo, pero bueno, son nuestros primeros días y el monto del timo no es importante, un euro y medio, el equivalente a una comida.

Llegamos a Arslanbob hacia el mediodía, un pequeño oasis a 1600 metros de altura, con un clima y paisajes privilegiados. Es el jardín del Edén.

Ibrahim, un profesor de inglés, nos da alojamiento en su preciosa casa. Aquí el turismo se basa en la comunidad, un proyecto de desarrollo rural. Miles de flores y frutales nos rodean, una comida espectacular (arroz pilaf, mucha fruta y vegetales...) y la amabilidad de Ibrahim que nos explica los duros y violentos momentos por los que ha pasado esta región.

Ahora, todo está tranquilo y la gente en Arslanbob te recibe con los brazos abiertos!

Rodeado de espactaculares picos que sobrepasan los 4.000 m, es un lugar excelente para ir al monte "Nomoslick Tosh", la roca sagrada, una curiosa y enorme piedra cuadrada a 3000 metros de altura a la que llegamos tras varias horas de extenuante caminata por preciosas praderas y espectalures vistas de los picos.

Se acaba el verano y el pueblo hierve de actividad. Los trabajos agrícolas ocupan la mayor parte de la jornada de la gente, gente que te saluda al pasar, que deja lo que está haciendo y que te pregunta de donde eres... un mosaico agrícola entre una de las mayores masas forestales de nogales, un bosque que ocupa más de 11.000 Ha y donde cuentan que Alejandro Magno reposó y comió algunas nueces que luego trajo a Europa!