22 de abril de 2013

Tierra de fuego.

De Aso al tren, para desplazarnos a Kagoshima, otra ciudad más de Japón, sin interés, que sirve de base para ir a Sakurajima. Un volcán que ha formado una península enfrente de Kagoshima a la que se llega en un curioso ferry, tuneado al estilo de los barcos del Mississipi. Es uno de los volcanes más activos del mundo, pero aún y asi la vida en Sakurajima sigue, no sin ciertas precauciones y equipamientos. Cientos de refugios en los pueblos y carreteras, niños que van a la escuela con cascos para evitar los impactos de las posibles piedras y cenizas que escupe a diario el volcán, y canalizaciones para conducir el flujo de lava. En fin, la vida sigue! Si olvidar que estamos en Japón, con su peculiar estilo urbanístico, farolas, esculturas.
Alquilamos unas bicicletas, que incluyen mascarilla para evitar respirar las cenizas. Recorremos los campos de lava y al fondo, siempre el volcán, que de vez en cuando lanza columnas de humo y cenizas.
Acabamos el día con los pies en remojo en una de las abundantes fuentes termales públicas.
Al día siguiente, como llueve, viajamos en tren hasta el punto más meridional de la isla, para ir a Isubuki a tomar unos baños termales y de arena caliente. Enterrados en la arena pasamos la lluviosa tarde y a dormir relajados. Mañana viaje en Shinkansen a Kyoto.

























1 comentario:

ANTONIO RECIO ·no limpio pescado dijo...

Joder, que país tan raro, los niños con casco al cole,los trenes con pico de pato, los barcos estilo missisipi....

El fin del mundo esta cerca¡¡¡¡