Todo empieza en la gran plaza de Isfahan, toda la vida se centra en ella y en los bazares que nacen bajo sus soportales. Una gran plaza de 512 m de largo y 163 m de ancho, la segunda más grande del mundo! con unos bonitos jardines y refrescantes fuentes alrededor de los cuales, una extensa red de bazares conecta mezquitas, caravanserais, patios con fuentes y casas de te donde hombres y mujeres fuman separados...
La decoración, los juegos de luces y sonidos bajo las cúpulas de las mezquitas nos llevan a momentos de descanso y reflexión. Sonidos que resuenan bajo la cúpula de la mezquita, de forma embriagadora gracias a la formidable acústica: una sola palmada en el centro y resuena unas doce veces!
Durante estos tres días hemos conocido a Lluís, de Barcelona, a quien le encantan la alfombras y que nos ha contagiado su afición. Al final caemos en la tentación de comprar una alfombra; tras "duras" negociaciones entorno a una mesa con una taza de te, idas y venidas a la tienda, difíciles decisiones entre varias alfombras, por fin nos llevamos una alfombra persa!
Por la ciudad, improvisados picnics familiares o momentos de relax fumando una pipa. Las chicas, hartas de llevar el obligatorio velo, sacan partido de su belleza como pueden. La imposición, no les impide coquetear y lucir sus encantos.
Y como contraste, cruzando el puente, paseo por el barrio armenio que se fundó por la inmigración masiva de los armenios que huían del genocidio de los turcos a principios de siglo. Su bonita catedral nos sorprende con las pinturas de imágenes de la Biblia por cualquier rincón.
Y acabamos nuestros días en Esfahan acabando de visitar palacios y más mezquitas y conociendo a Carlos y Arancha de Madrid, con quienes coincidimos en los desayunos del hotel y con quien nos vamos hacia la siguiente ciudad, Kashan.
1 comentario:
Sí que són boniques les noies de Isfahan, però res a envejar per la Mireia.
Es nota que sóc la tieta?
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