2 de julio de 2013

Las arenas y cañones del Gobi.

Los paisajes en el desierto de Gobi son muy cambiantes. De camino a las dunas paramos en una pequeña aldea para aprovisionarnos y comer algo en un curioso restaurante pensión; por la tarde, atravesamos un verde paisaje de montaña, para descender hacia una larga, pero estrecha linea de dunas en medio de un ancho valle, donde dormiremos.
Las dunas de Khongor, algunas de ellas de 200 metros de altura. Subir a ellas es algo cansado ya que la arena se va hundiendo bajo tus pies, pero la vista al llegar a la cima recompensa y el atardecer todavia más. 
Un nuevo día, no exento de sorpresas. En medio de la inmensidad de la llanura, nos sorprende un macizo montañoso con pequeños y frondosos valles por donde las aguas del deshielo circulan y en las que aprovechamos para bañarnos. En el resto de la ruta el agua es un bien demasiado preciado como para desperdiciarlo en una ducha.
Principio de julio y todavia queda hielo en el fondo del cañón. El desierto de Gobi es uno de los más fríos y en invierno alcanza muy bajas temperaturas.




































1 comentario:

Anónimo dijo...

Em fare un poster amb el homo sapiens banyanse. Molt maco.
Ernest