¡¡¡Juajjjjkkkshgggg!!!!

Juajjjkkkshgggg!!!, es uno de los sonidos más característicos de Laos, seguido de un shuuup. ¡Escupe la flema!! Hombres, mujeres y niños no muestran ningún reparo al escupir, al contrario, parece que cuanto mayor es el ruido del gargajo, mejor se quedan. Hay que tomárselo con sentido del humor, se tienen que respetar las costumbres locales, ¡perdón, voy a escupir!
Pasamos nuestro primer día en Laos, en Pakbeng, un pequeño pueblo a orillas del Mekong, poco más que una calle que desciende desde la carretera hasta el río, casas y comercios a ambos lados y un montón de  hostales, para los turistas que vienen bajando el río desde Huaixay hasta Luang Prabang Ver hace cinco años.
Después de pasar un agradable día paseando y recordando en Pakbeng, cogemos un bus hacía Udomxai. El viaje dura cinco horas, compartiendo asiento con gallinas, por una carretera de montaña que pasa por numerosas aldeas de diferentes etnias, Pu Thai, Thai Lü, Hmong, Lao, Khamu, Thai Dam. Las diferentes paradas nos permiten ver aunque sea fugazmente, la vida de las aldeas y los mercados que se colocan a lo largo de la carretera.
Udomxai es una pequeña y polvorienta ciudad del norte,  cerca de la frontera China, país que va colonizando Laos con sus centros comerciales, obras, hoteles... Poco queda ya de la colonización francesa, los rótulos de los centros oficiales, las baguettes, los croissants y los quesitos de la vaca que ríe.

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