Khiva, la pequeña y amurallada Khiva, sus calles, sus minaretes, mezquitas, madrasas, caravanserais...
Una ciudad de adobe. Caminar, imaginar la antigua ciudad, que fue un importante puesto en la ruta de la seda, conocida por su mercado de esclavos. Imaginar la frenética actividad de sus calles; imaginar sus caravanserais, donde se daba alojamiento a los viajeros, un lugar de intercambio de lenguas, de costumbres... imaginar los gobernantes (khanes) con su haren; imaginar la llamada a la oración desde los altos minaretes que dominan la ciudad; imaginar...
Imaginar hasta donde hubiera llegado el minarete inacabado. El que tenía que ser el minarete más alto, tan alto que tenía que verse desde Bukhara, la ciudad rival, a más de 400 km de distancia.
Una ciudad antigua pero todavía viva, con olor a pan, con el sonido de los dados, donde los niños imitan a Messi...
Una ciudad antigua pero todavía viva, con olor a pan, con el sonido de los dados, donde los niños imitan a Messi...
1 comentario:
Teniu raó, Khiva també es preciosa.
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