26 de noviembre de 2013

Las bonitas casas de Mardin.

Una esponja de esparto y una pastilla de jabón casero nos llevan a un Hammam, para relajarnos tras pasar el día en la pequeña ciudad de Mardin. Un laberinto de estrechos y pendientes callejones en los que todavía uno se tropieza con burros como animales de carga, un bonito mirador de la llanura de Mesopotamia y preciosos edificios con caprichosos adornos y curiosos picaportes. Caminamos sin rumbo.
Un lugar donde se mezclan culturas: kurdos, turcos, sirios, árabes, una Torre de Babel, que hace que tengamos divertidos encuentros al saludar o dar las gracias, ¿y tú de donde eres?...

































No hay comentarios: