15 de junio de 2013

En el valle del Tunka.

Dejamos atrás Irkustk, la ciudad más grande próxima al lago Baikal; en otra época denominada como el París de Siberia ya que fue la capital económica de la región Siberiana que se extendía hasta Alaska.
Llegamos por una rectilínea carretera que atraviesa el ancho valle de Tunka hasta llegar a Arshan, un pueblo Buryatio cerca de las montañas de Saián que hacen frontera con Mongolia. Tres largas calles sin asfaltar a excepción de la calle principal, casas de madera entre las cuales pequeños caminos en forma de callejón donde las vacas pastan libremente y donde hay algunas tiendas donde comprar comida y mucho vodka que se bebe habitualmente.
Arsham en Buryatio, fuente termal, es un pueblo ideal para relajarse y practicar el excursionismo. A pesar de ser una zona muy frecuentada por el turismo ruso todavía conserva un marcado ambiente rural. Tiene una larga tradición termal tal como se observa en sus múltipes "sanatorys", lugares de baños públicos, así como en sus fuentes de aguas mineromedicinales con un característico olor, donde todo el mundo llena sus garrafas.
Los Buryatios son la población mayoritaria de la zona. Practican la religión budista en sus coloridos templos (datchan) al igual que el chamanismo, con sus numerosas cintas colgadas en los árboles a modo de ofrenda y pregaria de sus deseos. 
Nosotros hemos hecho lo mismo.


































1 comentario:

ANTONIO RECIO ·no limpio pescado dijo...

Veo que de vodka sólo tienes smirlof¡¡¡